Comentario de la película “El Imperio de los sentidos”

Por Adriana Pérez Fournier, participante de la Comisión de Biblioteca Eje : Cine y Psicoanálisis





Desde la comisión de Biblioteca, y nuestro eje “Cine y Psicoanálisis”, nos orientamos por el cine y trabajar los temas que están en nuestros programas hacia Jornadas, Congresos. El próximo, será ese aforismo de Lacan tan complejo “No hay relación sexual”, esto implica “No hay complementariedad entre los sexos”, “dos no pueden hacer uno” y nosotros como psicoanalistas es lo que escuchamos en la clínica con nuestros analizantes. Es decir, es ese real, que insiste en tanto es lo que no cesa de no inscribirse. 

Hoy traemos “El imperio de los sentidos”, (1976), película producida por Nagisa Oshima, película muy controvertida, y la tomamos porque Lacan fue justamente a verla en ese año que dictaba el seminario 23: El Sinthome, la vio la noche del 15 de marzo  junto a Jacques Aubert y otros, y la contó al día siguiente  en la sesión del 16 de marzo 1976, caracterizándola como  lo que refiere al erotismo femenino.

Antes de entrar en la temática por donde nos lleva la película, ayer en la presentación del Festival Luxuria, festival de cine erótico, y que nos enlaza con el tema de nuestro próximo congreso, Federico hacia hincapié que este festival no hay que confundirlo con cine pornográfico, y quería un poco detenerme en esta diferencia, cómo se indicó ayer en lo tocante al cine y lo visual, puede ser una línea muy sensible.

La censura, ¿qué es lo que es censurable, y desde dónde?. La censura fue muy estricta entre los años 1974 y 1978, durante la dictadura en Argentina por aquellos años, cuando el Ente de calificación cinematográfico estuvo a cargo del primer censor Miguel Paulino Tato, aunque el sector más perjudicado de la cinematografía no fue el nacional, sino el cine extranjero, ya que Tato se encargó de prohibir unas 150 películas extranjeras anuales promedio mientras que muy pocas fueron las nacionales (Getino, 2005).  Ayer se mencionaba con la caída del franquismo el cine del destape, y la película que hoy traemos, muy censurada.  Se hacen distintas lecturas, la nuestra desde el psicoanálisis, puede ser distinta desde otras disciplinas, pero también las épocas traen cambios en la subjetividad, y eso nos lleva a repensar los conceptos.

La palabra pornografía viene etimológicamente de la unión de dos palabras griegas nopvoy : porne, que representa: cortesana-prostituta promiscua, y la otra griega pa.. que significa grafía, que se entiende como escritura-descripción, es decir representa la descripción por medio de la escritura de lo que sucedía en la intimidad de las prostitutas.

Actualmente el término según la Rae se utiliza para las descripciones por cualquier medio (escrito, sonoro, visual, etc.) que sean explícitas, en cuanto la academia ha preferido usar los adjetivos de “abierto y crudo” en cuanto al sexo o los órganos sexuales, intentando excitar por esta vía a quien lo recibe. Se suele confundir erótico con pornografía. ¿Y establecer la diferencia cuando es arte y cuando pornografía?

La pornografía existió en la humanidad desde tiempos remotos, no sería hasta el siglo XIX que empezaría a usarse dicho concepto.  Por estudios de aquellos tiempos estos no tenían la misión de excitar, sino que se los utilizaba con el fin ritual de convocar a los dioses para que asistan en la fertilidad de las mujeres. En Grecia, China e India se han encontrado registros antiguos, de parejas manteniendo relaciones sexuales, grabados en objetos, escultura. 

Volviendo al film “El imperio de los sentidos”, cuyo título original es Ai no korrîda, del realizador Nagisa Oshima, director japonés nacido  en Kioto, en 1932.

 

A partir de 1965, rodó entonces muchas películas que causaron escándalo, porque trataban de temas tabúes en Japón, como el sexo y el crimen.

 

Cuando la censura se relajó lo suficiente en la década de 1970 como para dejar de criminalizar la pornografía, Oshima aprovechó el momento y trató al sexo en la pantalla con gran realismo. Adaptó la historia verdadera de la pasión de una mujer por poseer a su amo Kichi, a través de la sumisión sexual.

Sucedió en 1936, en vísperas de la invasión japonesa de China.

 

Resalta en la película, Sada, justamente, como indicaba arriba respecto al origen de lo pornográfico, ella es prostituta, conoce a Kichi, y comienza una relación que va in crescendo de un goce sin límites.  En los inicios de esta relación Kichi la ubica como una mujer especial, y así se lo dice, en una escena Kichi “mi placer radica en darte placer a ti y obedecer todos tus deseos”. 

 

Imperan las imágenes, mirar y ser mirados sin ningún pudor, sobre todo para Sada, en un inicio su amante le dice, “nos pueden ver”, a Sada no le importa nada, solo quiere poseerlo, la máxima satisfacción. 

En un encuentro con un viejo cliente, Sada, en un momento con este hombre mayor e intelectual le surge el impulso de ser pegada y le pide “golpéame, fuerte, pellízcame”, se encuentra con un goce en el sufrimiento.  Sada le dice “quiero sentir dolor” luego le cuenta a Kichi, y refiere que en un momento “pensé en ti y perdí el control y le pedí que me golpeara”, y ahí la relación comienza a deslizarse por otro andarivel: Kichi, le pide que le pegue.  En términos freudianos, ya no se está en el campo del principio del placer, sino de un más allá con el principio del placer, y la pulsión de muerte.  Sexualidad y muerte en juego. Un más allá de la satisfacción sexual se pone en juego, y la práctica del ahorcamiento, para la obtención del máximo placer sexual, poniendo en juego la no detumescencia mediante ésta práctica encontrada, Sada a KIchi  le dice: “Si te resistes, apretaré con más fuerza”, y éste le dice: “Haz con mi cuerpo lo que quieras”, y esto  lleva a la muerte de Kichi.

 

Como indica Lacan respecto a la película: “el erotismo femenino, parece llevado a su extremo, cortando el pene, es la castración misma”.

¿Se habla de amor en la película, se hablan estos amantes? ¿Se hablan? ¿De qué hablan? Referente al amor, y la ausencia de relación sexual, Lacan indicará que el amor es un modo de suplir la ausencia de relación sexual. Entonces si no hay ¿cómo se las arregla el sujeto pensado desde el psicoanálisis?: Un modo es el amor, pero en esta película es un amor sin límites, no regulado, que lleva a la muerte. Sexualidad y muerte están presentes aquí.

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