Adiós amiga y compañera. Tuve el privilegio y el honor de conocerte y de compartir contigo muchos momentos, de amistad, de trabajo, de estudio y viajes. Aprendí mucho de tí.
¡Gracias!
El vacío que dejas no podra ser llenado. Pero más allá de la pena por tu partida, violenta e inesperada, prefiero recordarte en los momentos felices cuando podíamos realizar un proyecto o tener un encuentro feliz.