Lo ominoso, la peste y el COVID- 19

Por: Gabriela Játiva Moyano

Freud realiza detenimientos en las acepciones acuñadas por el tiempo y el decir, tomando las singularidades de lo unheimlich, escudriñando su idioma natal, comparando otras voces y ecos en idiomas diferentes, para dar cuenta que la palabra misma ha evolucionado 1, tomando, no sin cuestionamientos, la definición dada por Schelling: “Se denomina UNHEIMLICH todo lo que , debiendo permanecer secreto, oculto… no obstante se ha manifestado 2”.
Lo ominoso¸ otro nombre más de éste concepto elaborado por Freud, es aquello que después de 101 años, se muestra en total vigencia; la pandemia en su apogeo
mediático, social,médico y mortal, da cuenta de la actualidad de lo unheimlich.

Desde el siglo XX laspelículas, libros, series y comics han presentificado en escenarios cotidianos avatares epidemiológicos que, en un mal encuentro causal, abordan a toda la humanidad llevando a ésta a pérdidas de toda clase. Si en 1919, Freud se sirvió de los poetas y escritores para desarrollar el concepto de lo ominoso, en el 2020, no sería sin la literatura con la que se pueda sostener éste encuentro – ya novelado- con el doble de la pandemia, escritos que resuenan como “(…) siniestros mensajeros de la muerte 3”.

“La peste”, de Albert Camus, se nos muestra como un regresar de los pasos frente a un
camino que, siendo no transitado, parece haber sido recorrido; “Los ojos de la obscuridad”, de Dean Koontz, esgrime a manera de presagio, en 1981, un escenario donde la coincidencia literaria con la realidad actual no es más que un retorno de lo semejante, de aquello de lo que no se puede escapar, estando siempre sin preparación. Freud de la mano de E.T.A. Hoffmann, hace varios recorridos sobre “Lo semejante” y el ”El doble” ; a través de su re-lectura del texto “Los elixires del diablo” expone “el tema del «doble» o del «otro yo» , en todas su variaciones y desarrollos (…) 4”. En ésta misma línea siguiendo las investigaciones de Otto Rank agrega el acento sobre la función del doble en tanto éste “fue primitivamente una medida de seguridad contra la destrucción del yo, «un enérgico mentís a la omnipotencia de la muerte (…) 5». Las creaciones literarias citadas en éste escrito (“La Peste”, “Los ojos de la obscuridad”) no serían más que artilugios yuxtapuestos que exponen a manera de un doble un ocultamiento ante la omnipotencia de la muerte.

El texto de Dean Koontz, dibuja un panorama contemporáneo, el mismo que entre otras pérdidas, da cuenta sobre un hallazgo, un virus llamado “Wuhan-400”: “La llaman ‘Wuhan-400’ porque fue desarrollada en unos laboratorios de manipulación genética en las afueras de la ciudad de Wuhan y resultó la cepa viable número 400 de los microorganismos de factura humana que se crean en ese centro de investigación. 6”. El recurso escrito que en primera instancia actúa como soporte ante lo terrorífico en el lector y/o escritor, se conjuga frente a la vivencia de lo leído, fuera de sus páginas, como un “factor de repetición de lo semejante 7”, Freud describe incluso que en éste suceso, que puede darse mediante “(…) ciertas condiciones en combinación con determinadas circunstancias(…) 8”, lo que devendría es la sensación de inermidad en el sujeto.

Referencias bibliográficas

1 Freud, S., Obras completas – Tomo III – Lo siniestro, Biblioteca Nueva, Madrid, 3era edición, pág. 2488
2 Ibíd., pág.2487
3 Ibíd., pág.2494
4 Ibíd., pág. 2493                                                                                                                                              5 Ibíd., pág. 2494
6 Libros publicados desde 1981 llamarán al virus Gorki-400, en publicaciones desde 1989 retoma el
nombre mencionado.
7 Freud, S., Obras completas – Tomo III – Lo siniestro, Biblioteca Nueva, Madrid, 3era edición, pág.2495
8 Ibíd.

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