Leer al éxtimo: apuntes

Por: Antonio Aguirre F.

  • Éxtimo e íntimo; lo más propio y lo más extraño dice Lacan en el seminario 7. Lo unheimlich, lo familiar y al mismo tiempo lo siniestro.
  • J.-A. Miller diferencia al más-uno del éxtimo (ver la intervención de JAM en Belo Horizonte Diciembre 2000). El primero es un líder y un funcionario: tramita, vectoriza, hace de gozne, permuta. El segundo, el éxtimo, apunta a la causa del deseo en la Escuela, la interpreta.
  • El éxtimo no puede ser elegido, ni designado, pues tendría una tarea y un compromiso con los designadores. El éxtimo es una aparición contingente, un pequeño «milagro». Actúa por él mismo, se autoriza de él mismo, y a posteriori, de los miembros de la Escuela que escuchan su interpretación.
  • El éxtimo produce consecuencias. Se las percibe, se las comprende y luego se saca conclusiones.
  • La palabra del éxtimo es un medio-decir. No desboca la verdad, como la religión (Lacan en Roma, 1974). El éxtimo no es un militante, ni un impaciente. No quiere «toda la verdad». Es oracular, no profético. Su «crítica asidua» espera la ocasión.
  • La voz del medio-decir éxtimo es por tanto tímida, pero no temerosa. No es cortés ni astuta. Rodea y roza un núcleo obsceno en la Escuela. Pues desenmascarar lo obsceno sólo alimenta de sentido esa obscenidad.
  • Practicar la timidez éxtima es muy difícil. No se da como dichos asentados reiterativamente. Se diferencia de las consignas y los imperativos.
  • En la gran conversación de la Escuela será necesario leer estas voces éxtimas, que se dicen entre-líneas y que envuelven una escena articulada e indecible.

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