¿Lazos familiares?
Por: Mónica Febres Cordero de Espinel
Me voy a referir a las dificultades en lograr lazos familiares amorosos en familias recompuestas, o rotas.
En nuestra sociedad el parentesco es un pacto significante. Sin embargo, en las familias a las que me voy a referir ese pacto es inexistente o ignorado. Son las familias de los niños invisibles.[i] El sujeto ha roto sus lazos con la familia, con el trabajo, con el Otro. “Se trata de una desinserción social que nombra lo que no tiene nombre: un real.”[ii] Por las condiciones poco humanas de marginación y pobreza, en el límite mismo de la estructura social visible, las concebimos como familias resto, “objeto a producido por la historia”.[iii]
Voy a hacer breves referencias para mostrar estas crisis.
Nadia es una adolescente con problemas de alimentación. Surgen cuando se entera que su madre la dio en adopción a un familiar, al romperse el matrimonio por infidelidad del padre.
El padre de Daniel traicionó a su mujer y formó otra familia. Daniel vive repartido en diferentes ciudades y piensa que no puede sentir o llorar, le es difícil amar.
Los padres de Laura discuten. Cuando los escucha tiene miedo y “dolor en la pancita”. Se queda ahí, pegada a la madre “por si acaso mi papá le pegue”. El golpe pendiente hace en Laura acontecimiento de cuerpo.
Verónica tiene 9 años y es derivada a un programa de intervención por negligencia parental. La madre la retira de la escuela y corta así el único lazo social que tenían ella y su hermana. Verónica amenaza a la hermana con un objeto punzante y dice: “porque es mi hermana”. La madre la castiga quemando sus manos.
Son los lazos familiares patológicos de los niños invisibles. La violencia ejercida hacia la mujer resuena en sus cuerpos y hace síntomas. Las amenazas hacia ellos signan un tiempo de espera y aparece la angustia.
En el encuentro fallido entre los padres, entre ellos y los hijos, y entre la configuración familiar y el Otro social irrumpe lo real y se confirma la inexistencia de la relación sexual. Lacan lo advertía: “El parlêtre …se reparte en dos hablantes…que no hablan la misma lengua. Dos que no se oyen hablar…que simplemente no se entienden…” Y refiriéndose al niño, escribe: “Seamos en esto radicales: su cuerpo es el fruto de un linaje del cual una buena parte de sus desgracias; se debe a que éste nadaba en el malentendido…Es lo que heredan”.[iv]
El amor hacia el padre es difícil. Éste fracasa en hacer de una mujer su objeto de amor, lo cual imposibilita la aseveración lacaniana que dice que el padre se haría merecedor del amor y el respeto si hace de una mujer el objeto a que causa su deseo y, a partir de lo cual, ella cuidaría a los hijos.
Invalidado el padre, el niño recibe el nombre de un padrastro, o de un abuelo. Más grave aún, el nombre innombrable cuando surge de un incesto. ¿Qué orientación para el psicoanálisis ante estos hechos de familia? Leemos en É. Laurent: “…proteger a los niños de los lazos familiares, de las pasiones que los habitan, del infanticidio secreto que es el deseo de muerte…debajo del lazo familiar”.[v] ¿De qué manera? Haciendo posibles invenciones que, por el lado del lazo amoroso, permitan al niño salir del desamor y el maltrato. Ecos de aquello que Lacan propone: “…los medios, los puentes…las construcciones…que responden al hecho de que no hay relación sexual”.
i Guimarães, M. “Observatorio Infancias: Niños invisibles, supernumerarios.” Fapol, 11.01.2021
[ii] Sokolowsky, L. “Une pragmatique de la désinsertion en psychanalyse”, www.causefreudienne.net
[iii] Laurent, E., Padre Síntoma. Blog-note del síntoma. Buenos Aires, Tres Haches
[iv] Lacan, J. “El malentendido”, www.psicoanalisis inédito
[v] Laurent, E. “El análisis de niños y la pasión familiar”, Enlaces 22, Bs. Aires, Grama
vi Lacan, J. El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Paidós, Buenos Aires, 2011, pg. 155