La vida… en el fondo
Por: Antonio Aguirre
“En efecto, lo que constituye el fondo de la vida es que, en todo lo tocante a las relaciones de los hombres y las mujeres, lo que se llama colectividad es algo que no anda. No anda, y todo el mundo habla de ello, y gran parte de nuestra actividad se nos va en decirlo”.
Lacan, Seminario Aún.
“… lo único que hacemos en el discurso analítico es hablar de amor. Y ¿cómo no percatarse de que, con todo lo que puede articularse desde el descubrimiento del discurso científico, ello es, pura y simplemente, perder el tiempo? El aporte del discurso analítico es que hablar de amor es en sí un goce, y quizá, después de todo esa es tal vez la razón de que emergiese en un punto dado del discurso científico”.
Lacan, Seminario Aún.
Si actualmente parece necesario apostarlo todo a la utilidad pública del psicoanálisis, proponiendo y ejecutando varias formas de psicoanálisis aplicado, sería igualmente vital destacar una referencia a lo que sería el psicoanálisis propiamente dicho. Hace falta una brújula en el laberinto biopolítico, en la sutil red de control de la población. Los analistas, a título de psicólogos clínicos, están en dicho sistema, procuran obtener efectos analíticos, por mínimos que sean, más allá del plan terapéutico.
La vocación realista del psicoanálisis lo enfila hacia el síntoma para hacerle frente, como dice Lacan en el año 1974. No se anticipa ni pretende tener fórmulas preventivas, o propiciar políticas más adecuadas. Más bien, supone lo inesperado y pretende ubicar lo que permanece opaco, en medio del saber-hacer triunfal de la ciencia. El psicoanálisis nació en el espacio contingente entre el ocultismo y la ciencia según Freud. Para Lacan el callejón estrecho del psicoanálisis pasa entre la ciencia y la religión.
La pregunta que nos hacemos es si el privilegio de este tiempo, desde el punto de vista analítico, es mostrar descarnadamente que el mayor malestar es el producido por el odioamoramiento del Otro. Los placeres de la vida amorosa se ven pronto ensombrecidos por las desdichas que acarrea.
Lacan llega a formulaciones directas: el acuerdo entre los sexo es informulable, el amor no marcha, la gente va al psicoanálisis a hablar en último término de eso, muchas veces desde el inicio. Incluso si la clínica psicoanalítica es el decir del que está acostado, es porque en esa posición ocurren cosas que importan únicamente al sujeto.