La escuela y la formación delanalista: citas elegidas desde la biblioteca #3

Para este Boletín recurrimos a la Bitácora Lacaniana BL, la revista de la NELcf, en particular, la número 8 “La formación del analista”; y, contando con la pregunta sobre la formación del analista en la Escuela como brújula, dos participantes de la Comisión de Biblioteca: Patricio Moreno y Andrea Robles, han elegido estas citas que aluden a lo inédito del deseo del analista.

El factor actual del deseo nos lleva a preguntarnos por el inicio de esta serie de Bitácoras Lacanianas, que arribarán a su número 10, y por la “bitácora” como tal. Ya en su primer Editorial, de la serie “física” de publicaciones, María Hortensia Cárdenas apuntó que la revista “al modo de los cuadernos de bitácora, contiene la producción escrita de sus miembros…”; y en la edición número 7, Adolfo Ruiz precisa que la experiencia de la Escuela no es sin sus publicaciones.

Así, en la presentación de la BL 9 por la Biblioteca de Santa Cruz, Laura Arciniegas nos recuerda:

Una Bitácora: por un lado, es un cajón o un lugar fijo a la cubierta del barco, cercano al timón, en que se pone la brújula (…) Es también el cuaderno de anotaciones (…). Registran el proceso, el viaje, sus rutas, tempestades, ataques, travesías. Leo en nuestra Bitácora (…) Una brújula, una orientación, pero también el registro de un viaje, cada vez, año tras año, con sus rutas, sus tormentas, puertos…Toda una experiencia (…) de Escuela.

Si pongo en serie estas referencias sobre lo que es una bitácora, es en tanto me parece una suerte de solución al “problema” de la formación del analista, problema al que nuestras Jornadas virtuales de la NELcf Guayaquil se precipita. “Problema”, que Raquel Cors enuncia como: ¡el analista como universal formado, no existe! Paso a citarla de nuestra selección de hoy: “Cerrar nuestra formación sería de-formarla de la mala manera, de una manera salvaje, sería la muerte del psicoanálisis. Cerrar nuestra formación en un universal sería matar el deseo…”.

Y no vamos a cerrar nuestra formación porque El analista no existe, lo que vamos a hacer son bitácoras de la experiencia de la Escuela: tomando notas de nuestros hallazgos en boletines como este, anotando las “perlitas” en sus revistas, llevando los trozos de real a los carteles, trabajando las piedras en los zapatos y los escollos a cielo abierto junto a otros en la Escuela.

Las conclusiones son abiertas y el work es in progress. Los desechos vueltos causas y deseos, permiten la “salvación” del psicoanálisis, y se escriben desde el estilo singular de la transferencia de trabajo, en un lazo inédito. Esto lo pondremos a prueba en nuestras próximas Jornadas de este sábado, y allí mismo podremos recoger material inédito sobre la formación del analista no sin la experiencia de la Escuela: cuyas travesías y vicisitudes, seguiremos recogiendo en renovadas bitácoras.

Jessica Jara Bravo

Responsable de la Comisión de Biblioteca

Pueden leer el Boletín 1: https://nelguayaquil.org/2022/07/05/la-escuela-y-la-formacion-del-analista/, y el Boletín 2 en: https://nelguayaquil.org/2022/07/25/boletin-de-biblioteca-2-la-escuela-y-la-formacion-del-analista/

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BITÁCORA LACANIANA

[…] tenemos en el centro de nuestra experiencia La formación del analista en la Escuela del pase.

Almanza, Marcela, “Apertura”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 27.

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[…] a pesar de que podemos dejar la cuestión del deseo del analista fuera de los límites de nuestro campo, no podemos, en cada caso, dejarlo fuera de nuestra pregunta, “(…) por una razón muy sencilla: el problema de la formación del analista lo postula.”

Harari, Angelina, “Un horizonte para el ultrapase”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 31.

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La paradoja del deseo como deseo del Otro, Lacan la intenta aprehender con el término “deseo inédito”, que constituye el deseo del analista.

Harari, Angelina, “Un horizonte para el ultrapase”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 32.

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Al tratarse de la experiencia de cada análisis, tampoco se sabe lo que es el pase, en tanto es inédito e incomparable para cada pasante. El AE está expuesto a la contingencia y a lo que pueda hacer con ella.

Giraldo, M., “Pasar – Testimonio trece”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 77.

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En la “Proposición…” del ´67, Lacan captura estos dos estados del analizante en el momento de entrada y en el momento de viraje del pase con dos términos: la inocencia en la entrada y la ingenuidad (naïvete) del final. Por inocente, Lacan se refiere a quien no tiene otra vía que su deseo que guía su fantasma. Por el contrario, el ingenuo del final puede emerger en la separación respecto al agalma que permite la emergencia de ese deseo sin fantasma que es el deseo del analista.

Palomera, Vicente. “Entre inocencia e ingenuidad”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 121.

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Ustedes deben tener presente esa frase de Lacan del Seminario 23: no somos un cuerpo, tenemos un cuerpo. Yo les podría decir hoy: no somos una Escuela, tenemos una Escuela, y enfatizo “una”. No somos una Escuela, porque eso sería la identificación en todas sus direcciones, la masa. […] Es importante tener una Escuela. Lacan escribía “como un refugio al malestar en la civilización”. Pero la frase podría acortarse: “como un refugio al malestar…”. Se trata del uso que cada sujeto hace de la Escuela. Pienso en cada uno de nosotros cuando llegamos, en los que vendrán, en los que estuvieron y se fueron -lo que no evita que en la Escuela también se encuentre un malestar. No hay deseo de Escuela puro. Si la Escuela aloja el discurso analítico, es el lugar de un lazo inédito.

Andrade, Renato. “Escuela Una para el uno”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 215.

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[…]Anna dice en un texto, que una Escuela se organizaba alrededor del agujero de la pregunta por el analista. Pero para que haya agujero tiene que haber una malla simbólica bien tensa, a la manera del toro, para que el agujero no se cierre. Yo me voy, después de esta experiencia de las “Enseñanzas del pase”, sin saber qué es un analista. Creo que es la mejor manera de irse, porque eso nos convoca justamente al trabajo que implica, para cada uno, esa pregunta ¿qué es un AE? Y además nos implica en términos de la política.

Zapata, Gustavo. “Conversación sobre política y Escuela Una”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 222.

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El cartel es esencial en el sentido de que puede acoger lo no-sabido, dando a cada uno la posibilidad de encontrar, a partir de su propia pregunta y según el momento de su recorrido, un trozo de saber que no sabía.

Fue en 1980, en D’ Écolage, cuando Lacan dio su última formalización de la estructura del cartel:

Cuatro que se eligen para llevar a cabo un trabajo que debe dar su producto. Más precisamente: producto propio de cada uno, y no colectivo. […] La conjunción de los cuatro se hace alrededor de un más-uno que, si bien puede ser cualquiera, debe ser alguien. Está a su cargo velar por los efectos internos de la tarea y provocar su elaboración.

Briole, Guy. “El cartel: Pilar ineludible de una Escuela”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 252.

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El más-uno está en el lugar del agente: ¡Esa es su misión! Tiene, arriba a la izquierda, esa función de “agente provocador”, por el hecho mismo de haber sido convocado por la demanda de los otros cuatro. Esto, además, define su funcionamiento en el cartel: ser un “provocador provocado”.

Briole, Guy. “El cartel: Pilar ineludible de una Escuela”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 255.

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[…] S1 son los miembros del cartel. S1 incluye también al más-uno. En este enjambre de S1 del cartel, cada uno participa por sí mismo, con su estilo, con su manera de ponerse a trabajar que hace que sean sus propios rasgos los que se manifiesten. El cartel es ante todo diversidad, tanto del avance del trabajo de cada uno como del modo propio de transmisión. De eso debería resultar un saber nuevo que beneficie a cada uno de los cartelizantes, pero también al psicoanálisis.

Briole, Guy. “El cartel: Pilar ineludible de una Escuela”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 256.

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[…] Lacan, en 1955, en un texto que se titula “Variantes de la cura tipo”, puntúa algo preciso sobre la formación del analista. En ese escrito Lacan enfatiza la Ignorancia, pero no como ausencia de saber (pues la ignorancia es una de las vías en que el Ser se forma) ni como no-saber en tanto una negación del saber, sino su forma más elaborada. Dejar caer el saber…arreglárselas con el deser y saber-hacer-con, es todo un desafío para de-formación analítica.

Cors, Raquel. “De-formación del analista”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 266.

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[…] a propósito de la formación del analista, es que en tanto analistas tenemos la responsabilidad de develar el secreto de que ¡el analista como universal formado, no existe! Cerrar nuestra formación sería de-formarla de la mala manera, de una manera salvaje, sería la muerte del psicoanálisis. Cerrar nuestra formación en un universal sería matar el deseo…

[…]si estamos aquí, es porque cada uno, más allá de su profesión (porque ser psicoanalista no es una profesión) ha elegido, ha decidido seguir preguntándose sobre ¿Qué es un analista? Por mi parte, por partes, no un todo, se trata de un lazo a la vida, un re-nacer junto a otros dispersos, cada uno con su soledad, que no tiene que ser solitaria.

Cors, Raquel. “De-formación del analista”, in Bitácora Lacaniana, Revista de Psicoanálisis de la Nueva Escuela Lacaniana-NEL, No 8, septiembre 2019, p. 268.

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