Hacia el Congreso de la AMP (1)
Por: Mónica Febres Cordero de Espinel
En la presentación del tema del X Congreso de la AMP, en Río, el 2016, J.A. Miller hace puntualizaciones cruciales, que aclaran puntos de discusión que han surgido en la Sede, dentro de los espacios destinados al Seminario de Formación Lacaniana. Puntos que, a todas luces, nos conducen al Congreso. Me detengo en algunos.
Miller dice que Lacan, en su lógica del fantasma, separó el Ello y el inconsciente. El concepto del cuerpo hablante, por el contrario, está en la juntura del Ello y el inconsciente. Las cadenas significantes que desciframos “a la freudiana” están conectadas al cuerpo y están hechas de sustancia gozante.
Para Freud, el Ello constituía la reserva de la libido: es lo que se traslada al cuerpo hablante considerado como sustancia gozante. Es del cuerpo de donde son tomados los objetos a; en el cuerpo se extrae el goce para el que trabaja el inconsciente.
Freud decía que las pulsiones eran un mito y el aparato síquico una ficción destinado a mantener lo mas baja posible la excitación (homeostasis). Lacan sustituye este esquema por el del inconsciente estructurado como un lenguaje. Y el lenguaje resulta ser “una elucubración de saber respecto a la lengua”.
Así, el inconsciente mismo es una elucubración de saber sobre el cuerpo hablante, sobre el parlêtre. Elucubración de saber en tanto articulación de semblantes que se desprenden de un real y a la vez lo encierran. Para Lacan lo real del inconsciente es el cuerpo hablante.