El Nombre del Padre, el capitalismo, la época y las a-dicciones
Por: Juan Andrés Cando
La problemática de la caída del Nombre del Padre será trabajada por Lacan desde su texto ‘’Los Complejos Familiares en la formación del individuo’’ de 1938. En este texto Lacan abordó los complejos, denominación primordial de Freud tomada del trabajo de E. Bleuler y C. G. Jung. El Nombre del Padre, como lo trae Lacan, es la figura simbólica por excelencia que regula el goce e instaura el no todo, la posibilidad de un saber y hacer frente a lo real.
La decadencia del Nombre del Padre se ha ido mostrando a lo largo de los años, pero es a partir del final del siglo XX donde inicia su apogeo con diversas manifestaciones y movimientos como el movimiento gay, el auge de la medicina psiquiátrica, la multimedia, los polímeros para el consumo de la cirugía plástica, la pornografía, el movimiento hippie en contra de la guerra de Vietnam y la legalización de la marihuana. Es a partir de este punto donde las neurosis contemporáneas aparecen y dan cabida a las subjetividades débiles o frágiles. Es por eso que en la actualidad hablar de estructura a secas, no ayuda mucho en la clínica; son los matices, amalgamas de estas ‘estructuras’ con lo que nos encontramos en la clínica. Es aquí donde se apunta a la necesidad del sujeto, haciéndolo existir, sacándolo de lo general de la época a lo particular de su goce.
Zygmunt Bauman en su texto Amor Liquido hace referencias a los vínculos humanos a partir de la globalización y los cambios radicales que impone la sociedad. Estos vínculos serán líquidos, efímeros, buscando todo lo de fácil acceso y salida. Así es como son denominados centrándose principalmente en el amor. La época impulsa a una liquidez donde las acciones, relaciones y objetos se diluyen en el diario vivir de cada sujeto.
El discurso, dirá Lacan, es lo que se necesita para que haya sujeto. Es por medio del discurso que el sujeto hace lazo social. El discurso capitalista puede ser visto como el intento de un discurso; este no remite al lazo social, da lugar a la homogenización, a la generalidad. Desplaza al sujeto haciéndolo perder su particularidad por medio de objetos que llenen ese vacío, es por medio de esto que surgen nuevos malestares en la cultura, en la sociedad.
Es a partir de la caída del Nombre del Padre, la liquidez de la época y el discurso capitalista que podemos abordar y comprender una problemática cada vez más fuerte que es la adicción. La a-dicción como la problemática de no poder decir ya que el individuo se encuentra bajo un goce masturbatorio desligado de todo lazo social.
Las adicciones implican un consumismo de uno y para el objeto. Es decir, dentro del marco de las adicciones son los individuos lo que son consumidos dando lugar a las subjetividades endebles. Es el mercado justamente quien dota de todos estos objetos o gadgets para taponar esa falta y tratar de vivir en plenitud.
Es el momento de las subjetividades débiles, de las neurosis contemporáneas, de las nos relaciones sociales donde el sujeto se encuentra atrapado, como su fuese una gran red. Es por eso que la clínica dentro del marco psicoanalítico es tan rico, apuntando a la individualidad de cada sujeto y rescatándolo de lo homogéneo de la época a lo particular de sí, lo particular de su goce.
Bibliografía
Bauman, Z. (2014). Amor líquido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Bukowski, C. (2006). Mujeres. En C. Bukowski, Mujeres (pág. 194). Barcelona: Anagrama.
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Preciado, B. (2013). Testo Junkie : Sex, Drugs, and Biopolitics in the Pharmacoprnographic Era. New york: The Feminist Press.
Sinatra, E. (13 de Julio de 2015). NEL Medellín. Obtenido de A IDENTIFICACIONES LÍQUIDAS, ADICCIONES SÓLIDAS : http://nel-medellin.org/bloga-identificaciones-liquidas-adicciones-solidas-1/