El goce femenino como “gozo-ausencia”

Tuve el gusto de conocer a Graciela Lucci, colega de la EOL, durante el VIII Encuentro Enapol, y conocer también una reciente publicación en la que ella participa, la misma que está coordinada y comentada por Leonardo Gorostiza, Conversaciones sobre Lacan en bloque.  En esta ocasión, gentilmente nos envía su texto «El goce femenino como gozo-ausencia»  como colaboración a la Primera Jornada de Nel Guayaquil.  Es un estudio muy ordenado sobre el concepto de goce femenino, ubicado a lo largo de varios seminarios de Lacan y ofrece claridad al ilustrarlo con fragmentos de un sueño presentado por Ana Lúcia Lutterbach en el tercer momento de su testimonio de Pase, que titula Biografema: Escritura vida.
Ana Lúcia anuda el goce femenino a lo intestimoniable.  Y hace referencia a Giorgio Agambem, quien dice que «el  verdadero testimonio de los sobrevivientes del campo de concentración, vale esencialmente por aquello que le falta».
Ana Ricaurte

Por: Graciela Lucci*                              

Lacan realiza el último viraje de su enseñanza,  a partir de revisar el concepto de goce femenino. Podemos decir que lo generaliza hasta transformarlo en el régimen del ” goce como tal”. Así es señalado por Miller en la clase Nº5, del Seminario “El ser y el Uno”.

El “goce como tal” es el goce no edípico, el goce concebido en tanto sustraído, fuera de la maquinaria del Edipo, es el goce reducido al acontecimiento de cuerpo.

Lacan avanza en su teorización sobre el goce femenino y aísla una fracción de goce que es insimbolizable, indecible, que guarda afinidades con el infinito.

El concepto que nos proponemos desarrollar es el de “gozo-ausencia,” como otro goce del no-todo, y que consideramos está en sintonía con lo indecible y lo insimbolizable.

Algunas referencias teóricas: Lacan, en el seminario 19(1) “Ella es por cierto la que de esta figura del Otro, nos brinda la ilustración a nuestro alcance, por estar, según escribió el poeta entre centro y ausencia. Su modo de presencia es entre centro y ausencia.”  Lacan va a definir al Centro: como la función fálica .Y a la Ausencia: como  lo que permite dejar de lado eso que hace que no participe de aquella,  gozoausencia, neologismo que condensa ausencia y goce”.

Eric Laurent,(2) en relación al  testimonio de Slvia Salman,  denomina como gozoausencia, una ausencia para sí misma, un gozoausencia con el significante,( no quedarse en él, siempre escapar).

Proponemos, entonces, pensar al gozoausencia, como un goce femenino silencioso, que no puede ser puesto en palabras pero que a la vez no se lo puede negativizar, y que además, es rebelde a la significantización, como un goce paradigmático  femenino.

A los efectos de ilustrar el concepto de referencia, elegimos a modo de viñeta el tercer momento del testimonio(3) de Ana Lucia Lutterbach Holck, que lleva como título: “Biografema: escritura vida”o Lol y el NOTODO. (SA/) “.

Ana Lucía comienza y finaliza el testimonio haciendo referencia a lo intestimoniable. Toma la idea de Giorgio Agamben(4), el cual, subraya en relación al testimonio de los sobrevivientes de los campos de concentración, que el verdadero testimonio vale esencialmente por aquello que le falta.

Ana Lucia señala, que la escritura vida se aproxima a la poética en donde hay una primacía de la letra sobre el significante, una escritura que no es la escritura de la palabra, sino de la letra, del trazo, en donde el significante opera separado de la significación. Se abandonan  los efectos de sentido, prevalece el goce sin sentido.

La sustancia gozante es atribuida a un cuerpo que goza de sí mismo.

Sustancia de la escritura, en aquello que la escritura tiene cuerpo.  En un artículo que lleva por título:”El goce femenino en el siglo XXI” (5),  Leonardo Gorostiza destaca: “ la afinidad de lo femenino con la letra, la cual al igual que una mujer, no puede decir lo que es, en tanto mujer, de allí su silencio.”

Es decir que podemos leer una articulación entre goce femenino, letra, silencio, y podemos agregar ausencia.

Una ausencia de un sentido que jamás puede ser dicho, que es  del orden de lo imposible.

Nos parece interesante destacar el segundo sueño de este tercer momento, soñado luego de haber pedido la entrada al dispositivo del pase.

Sueño: ” estoy dentro de mi cuerpo, mezclándome entre las entrañas, carnes, sangre, bilis, excremento. Soy el cuerpo y estoy dentro del cuerpo. Este cuerpo en pedazos, es servido crudo en una bandeja. Soy despertada por un goce indescriptible, pura pulsión sin sentido. Y agrega más abajo: “La crudeza del sueño, sin embargo deja entrever una punta de real y la imposibilidad de una simbolización integral. Eso que resta de un análisis, exige un trabajo sin fin hasta el fin, pero contando con lo ya realizado.”

Podemos plantearlo como un sueño construido con desechos, piezas sueltas, que separadas de su función, resultan enigmáticas, que se prestan al puro goce, “soy despertada por un goce indescriptible”.

Es la presencia de  un goce, que como señalamos antes, es imposible de significantizar y a la vez imposible de negativizar, y agregamos, a modo de hipótesis, si acaso no es posible leer allí, en ese goce, al  gozoausencia,? en tanto goce  que  escapa al significante,  es un significante que tiene efectos de goce a partir de la letra. Sabemos que Lacan denomina letra al significante en tanto separado de todo valor de significación, un S1 sin S2.                                                                                                                                                                                                                                              En” Lituraterre(6) Lacan plantea que con  la escritura se escribe al mismo tiempo, la dimensión de la huella de la ausencia y de la presencia del goce que está en juego.

Podemos ubicar  en este segundo sueño: por un lado el gozo ausencia de sentido, articulado al fin de análisis.

La riqueza de este sueño nos permite también, recortar el concepto de desecho, desperdicio, que Ana Lúcia ubica en las entrañas, bilis, sangre, excrementos.

Lacan  condensa en el término de lituraterre la transformación de literatura para hacer valer la letra como litura, marca residual, desperdicio  y alejarla así de sus afinidades con el ser. Y encontramos en la “Nota italiana”(7):

“La posición a la que arriba un analista, es saber ser un desperdicio”, es lo que lleva al entusiasmo y se ilustra en el pase.

Hundimiento, destitución, caída, evacuación El S1, significante amo, a partir del cual el decir adquiere sentido, al final del análisis es reducido a desecho.

Y termina Ana Lúcia, su testimonio diciendo: que el pase sería una tentativa de escribir, no lo que se leyó durante un análisis, sino sobre lo que no cesa de no escribirse.

El goce femenino es silencioso, opaco, mudo,  sustancia de la escritura, en aquello que la escritura tiene cuerpo.

Entonces, podemos leer una articulación entre goce femenino, letra, silencio, y podemos agregar ausencia, ausencia de un sentido que jamás puede ser dicho, que es del orden de lo imposible.

Es un sueño que apunta a lo real de la cosa, pero A.L. aclara que es un sueño y por lo tanto un artificio. Sin embargo la crudeza del sueño deja entrever una punta de real imposible de simbolizar.

Primacía de la letra que podemos pensar más cerca de la existencia que del ser; hay una conjunción, entonces, entre la existencia y la escritura.

Una cita de Lacan del Seminario XX (8), fundamenta nuestra proposición final:

“Hay un goce de ella que no existe y nada significa. Hay un goce suyo del cual quizás nada sabe ella misma, a no ser que lo siente: eso si lo sabe. Lo sabe desde luego, cuando ocurre. No les ocurre a todas(8)…….. Ese goce que se siente y del que nada se sabe ¿no es acaso lo que nos encamina a la ex-sistencia?(9).

Proponemos pensar al  gozo ausencia de sentido,   articulado  al Uno de la existencia que depende de un efecto de escritura y no de un efecto de significación, y también al inconciente real, el cual sabemos que no es el inconciente transferencial, interpretable ligado al sujeto supuesto saber; sino como es planteado por Lacan, en el Seminario 24: el inconciente de la una- equivocación y la fuga del sentido.

(1)Lacan J. Seminario 19, página 118, edit. Paidós.

(2) Laurent E., Comentario de Eric Laurent, Revista Lacaniana 14, página 118.

(3) Lutterbach Holck Ana Lúcia, en “Relato”, Feminidad y fín de análisis.pág 15.

(4) Agamben Giorgio, (2003) Ce qui reste d’ Auschwitz. Ed.Rivages poche/Petite Bibliothèque. Paris. p.17

(5) Gorostiza Leonardo, en “El goce femenino del siglo XX!”, en la Revista El caldero, Nueva Serie Nª 17.

(6) Lacan J., “Lituraterre”, en Otros Escritos, Edit. Paidós.

(7) Lacan J.”Nota italiana”, en Otros Escritos, Edit. Paidós

(8) Lacan J., Seminario El Libro XX, pág. 90, Edit. Paidós.

(9) Lacan J., Seminario El Libro XX, pág 93, Edit. Paidós.

 

*Graciela Lucci: Miembro de la EOL, Miembro de la AMP.

  gracielalucci.lucci@gmail.com

 

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