Comentario sobre los argumentos del X Enapol 2021

Por Elena Sper

El texto de Ram Mandil  aborda algunos lineamientos como la dimensión “de un real” que a diferencia del real de goce que hemos ubicado anteriormente  a partir de una prohibición nombra un  “nuevo real” más bien producido a partir del levantamiento de toda prohibición facilitado por los alcances de la técnica, un empuje al goce sin límite. Al todo es posible,  a la negación, a la incapacidad  de permitirnos el “no”, Un “no” que permita al sujeto a hacer algo, y que le impida , más bien de estar en condiciones de hacerlo todo. A este punto Byung -Chul Han  lo llama  un “exceso de positividad,” en donde las ideas de libertad y desregulacion, eliminan en masa barreras y prohibiciones, que son las que constituyen una sociedad regulada  y las consecuencias de esta deslimitación y falta de barreras ; es más, una promiscuidad generalizada, en la cual creería que no habría posibilidad de  alojar el amor sino más bien lo real puro del goce. 


Podríamos articular a esto también  con respecto, a la dignidad del amor en contraposición a la degradación de la vida amorosa lo que Freud nombró  como el Das Ding, aquel objeto del cual nunca podremos volver a obtenerlo y que deberíamos entonces aceptar  aquellas satisfacciones  sustitutivas a las que sólo podemos alcanzar. Una demanda o una exigencia más allá de esto no produce otra cosa que los caprichos del amor y  una constante desorientación. 


Gabriel Racki  titula su argumento  “Los Poros del amor”, convoca y orienta hacia muchos ejes relacionados entre sí , encontraría mejor llamarlos los “agujeros del amor “ como el texto lo indica agujeros posibles por una experiencia analítica, si hay algo de la experiencia que en sus finales, más allá de dar cuenta de lo real y de la ausencia del significante que complete el saber, también da cuenta sobre aquello que Lacan menciona como  “No hay otro del Otro” punto medular que se logra  evidenciar en un análisis, a partir de ahí,   la queja queda sin sentido alguno, no hay queja dirigida  a un otro y esto abriría una dimensión posible a un amor menos loco y más apacible que permita el lazo amoroso de la buena manera, o el bien decir del amor. 
Nos encontramos con la inexistencia del Otro como el Otro del goce, y esto abre justamente  la dimensión de los agujeros del amor. Poros del amor que, que emergen en un final de análisis, aquellos significantes sin sentido, nos conducen a la creación, a la invención necesaria para hacer existir el amor posible, desbrozado de las exigencias que muchas veces hace que emerge a la otra cara del amor, al odio. 

Preguntarnos sobre lo nuevo del amor como lo plantea Alejandro Reinoso, es poder  pensar qué nuevas formas o qué elementos podrían sustituir a la palabra de amor que hace la función de lazo  entre dos, entre los dos goces tensión del Uno, porque ahí donde el goce autoerótico impide la relación sexual , la palabra de amor vela esta imposibilidad permitiendo un amor posible y amable. En la actualidad, ¿qué podría velar esta imposibilidad?  ya que el empuje no es velar lo imposible sino más bien develarlo, denunciarlo, negando así la hiancia que a todos nos atraviesa. Quizás muchas cosas  podrían estar haciendo dicha función, el consumo y la  obtención sin fin de objetos, el empuje a la infinita juventud, a la belleza y a la estética, a manera de obturar, reemplazar y compensar, la afectividad, la atención y aproximación entre los sujetos, necesaria en la relación amorosa. Lo vemos sobre todo como modelo de amor en los lazos de padres e hijos tratando de evitar las dificultades propias de la relación con la proveeduría, con todo tipo de artilugios que las tecnologías y el mercado ofrece, pero a esto no escapa tampoco a las relaciones amorosas de las pareja contemporáneas capturadas  por el  consumo quedando relegado el  amor como prioridad. 

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*