Cine foro: Hannah Arendt. La banalidad del mal

En el marco de las IX Jornadas de la NEL, las Cátedras de Teoría y clínica de las perversiones de la Universidad Católica, organizaron un cine foro sobre la película “Hanna Arendt” de Margarethe von Trotta. Fue invitada a comentar el film Mayra de Hanze, miembro del Directorio de la NEL. Reproducimos a continuación un fragmento de su intervención.

arentEntre los ataques que Arendt tuvo que enfrentar, su tesis principal sobre “la banalidad del  mal” encarnada por Eichmann fue sin duda la más difícil de circunscribir. En este punto la politóloga relata la biografía de un alemán común, “ni débil de espíritu, ni cínico”. Esa persona “media” y “normal” la impresiona a lo largo de todo el proceso, pues revela ser “absolutamente incapaz de distinguir el bien y el mal”. Arendt observa sarcásticamente su lucha heroica contra la lengua alemana, sus fórmulas estereotipadas y su lenguaje administrativo. Ni una sola frase que no fuera un cliché.

El reportaje del New Yorker reconstituyó “en directo” ese fenómeno humano inquietante que Arendt había analizado en Los orígenes del totalitarismo, como una cristalización de las condiciones sociopolíticas del totalitarismo nazi: la erradicación del pensamiento en el ser humano, su renuncia a pensar por sí mismo, su docilidad ante los superiores que daban órdenes. Eichman le dio la oportunidad de demostrar que, sin haber sido monstruos sádicos o torturadores inveterados, la gran mayoría de quienes hicieron el nazismo compartían esa condición banal, de renuncia al juicio. Esa perversión gravísima a los ojos de Arendt, implica la perversión del imperativo moral y del juicio que le sirve de apoyo, es Kant deformado. Era culpable porque había obedecido, y sin embargo la obediencia se consideraba una virtud (1).

(1) Julia Kristeva, El genio femenino.

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