Atentados en París – Comunicado de la NEL

La NEL acompaña a la sociedad francesa en este momento de terror y consternación por los sucesos de París.

La NEL se une al deseo de no ceder al terror. Proponemos poner a trabajar el deseo de la Escuela, en todos los lugares y en todos los niveles, para responder al llamado ético y político, porque lo que allí o acá sucede, nos compromete a todos.

Hemos presentado, frente a los acontecimientos y quizá con cierta premura -con relación al tiempo- el tema que había sido escogido para las Jornadas que se realizaran en el 2016: “Violencias y Pasiones”.  

El psicoanálisis, en estas latitudes tendrá lugar y palabra frente a este horror.

Comité Ejecutivo

Batalla final

Miquel Bassols

Ha sido en París pero sabemos que podría haber sido en otra ciudad. Sabemos ya que algo parecido ocurrirá sin duda en algún otro lugar. Incluso a veces ignoramos que está ya ocurriendo en otro lugar. No son atentados tan difíciles de preparar y de realizar como los del 11S, pero están animados por una misma certeza, imposible de comprender desde ese Otro lugar en el que nos seguimos creyendo. Y es una certeza que se transmite como un reguero de pólvora de manera cada vez más explícita en la Red utilizada por el Estado Islámico: es la batalla final, son los signos claros del fin del mundo, el preludio de lo que otros llamaban Apocalipsis. Bin Laden no solía mencionar el Apocalipsis. Por el contrario, los fundadores del Estado Islámico se han referido a este momento final desde el principio para situar el necesario e inevitable pasaje hacia el Otro lugar. Y en esta batalla final, la ciudad siria de Dabiq, cerca de Alepo, es el lugar en el que según la tradición se librará la batalla decisiva contra los “romanos”, los del Otro lugar que se creen a salvo de ella. Ante esta certeza, la vida vale exactamente lo que vale el pasaje al Otro lado. Y puede ser muy poco, sólo el pellizco que se siente en el cuerpo al apretar el botón del chaleco-bomba y hacerlo explotar en medio de la multitud. Sin miedo alguno. Podemos llamarlo religión, pero sería un error creer que es algo parecido y simétrico a “nuestra religión” —incluso la que no sabemos que profesamos— y que en todo esto se trata, finalmente, de una “guerra de religiones”, incluso si lo llamamos “modos de vida”. Más bien se trata de un “modo de morir” que nada tiene que ver con el que la mentalidad occidental ha alimentado durante siglos para dar un sentido a lo real de la muerte. En esto el yihadista gana de entrada, porque este pasaje al Otro lado es para él un privilegio y un placer.

Entender algo de este Otro modo de abordar lo real de la muerte es entonces cada vez más indispensable para no perder cada batalla que se quiera final.

Referencias:

— GraemeWood: “Estado Islámico, crónica del horror”,

— Vicent Partal: “ Més enllà de París: l’apocalipsi com a argument”

 

¡Terror! En París y en cualquier lugar del mundo

José Fernando Velásquez

Acontecimientos como estos hablan de un goce superyoico que aparece en lo real como ley insensata, que se basta a sí misma, sin dialéctica posible, sin que podamos comprender el saber que la determina. Un solo significante domina, y los cuerpos como mártires, le obedecen a situar en el campo de la polis, el aspecto más ominoso del objeto a.  Un imposible de asimilar queda sembrado. Irrupción en el Uno del goce que genera consecuencias:

  1. El síntoma aparecerá por medio de lo real del cuerpo.
  2. Al quedar reducidos al cuerpo, embiste la angustia.
  3. El trauma surge como goce que excede a la posibilidad de elaborarse.
  4. Nuevos sujetos que se incorporan en el órgano de la guerra, o que incorporan el órgano de la guerra en su subjetividad. Un sujeto perteneciente a las masas, ya conocido, porque se ha constituido por épocas en distintos lugares en la historia.

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