No fue de dimensión, corto, breve, largo, no, fue sin esperarlo.
Tuvo que ver 12 años con mi vida, más allá de la novela neurótica, fue quien procuró el instante decidido de mi camino hacia al psicoanálisis.
Empezó en el detalle del primer encuentro entre ella y yo, entre una pregunta y la respuesta hallada: el síntoma.
Sin embargo, aún, en el paso de los años se fue despertando el segundo deseo hacia dar lugar al psicoanálisis:
orientarse en la formación, amar la formación.
Queda ese espacio, sin esperarlo, que no se cierra ….