13M, La República ZADIG y una ética sin par

Por Jessica Jara, NEL Guayaquil.
 
En el reciente texto de Gil Caroz* encontramos precisiones muy valiosas sobre la movida ZADIG, que animan desde ya nuestra conversación. Se trata de un punto y coma en una historización a partir del acto de Miller en Madrid, acto que no puede ser tal sin estar junto a un dicho. Y, ¡qué dicho! De hecho, podríamos escribirlo 13M, asumiendo las resonancias nefastas, siempre posibles. Así, el punto y coma es una escansión. (;) es un hacer femenino que puede llegar cual refrán, a refrenar la llamada feminización del mundo. Hago valer el juego de palabras de Lacan.
 
Que la «red» suplante a la «jerarquía» implica el paso de un gobierno viril a un poder rizomático: el cambio del antiguo discurso del amo que «dejaba vivir» y «hacía morir» a un régimen que «hace vivir» y «deja morir» (M.Foucault). Sobre un nuevo Discurso Master que es el Discurso Universitario podemos reflexionar a partir de las películas de ciencia ficción: Código 46, Minory Report, Gattaca. Sin embargo, la primacía hoy es la red rizomática (G.Deleuze), lo que ha implicado una mutación del superyó… femenino y una proliferación acéfala tipo Medusa, -de la que habló Freud-, ante la castración. Este «hacer vivir» actual en permanente evaluación y loca prevención, es un “remedio” peor… que un síntoma.
 
Para el Lacan del seminario 19 la elección es entre el padre …o peor. Estamos en esa elección. Si nos fijamos, entre el padre o peor, están los puntos suspensivos. Nos es ofrecido un operador lógico. Suspira/Suspeora. Son esos puntos suspensivos los que hacen posible que resuene el sonido y el sentido en un cuerpo que se ha dejado afectar por el significante, uno que la goza. Así, cada analista, inconsiste, indemuestra, indecide el llamado a la feminización. El analista estraga el estrago desde los puntos suspensivos. Y lo hace, sin olvidar que se trata de pasar del padre, a condición de servirse de él… o peor.
 
Se ha indicado que la movida Zadig pasa de la jerarquía, pensada como un ordenamiento mentiroso del padre, a la red. De este modo, no refiere a la ideología dura de la oposición, de la frontera, de lo posible y lo necesario mortificantes; pero, debemos suponer que tampoco nos embebe en un mundo líquido-liquidado, donde al tiempo en que «todo es posible», nada lo es para “individuos”, no sujetos, que pasan vertiginosamente de la nada al todo, sin mediación, en un triunfo del goce de la devastación. En la era de lo ilimitado florece una nueva feroz moral social basada en la fraternidad del cuerpo, donde lo nuevo “políticamente correcto”, con sus normativas rizomáticas, reina ante la caída de la ley.
 
La movida ZADIG no se anotaría al destino primero ni en la perspectiva segunda. ZADIG nos propone la lógica de lo contingente, lo inesperado y vital, denostando lo «vertical» por lo llamado «horizontal».  Pero, ¡atención!, no se trataría de una horizontalidad que remite a la igualdad, a la fraternidad, a una sociedad her-manada, a sus buenos sentimientos y la jurisprudencia (J.Lacan). La horizontalidad no favorece a lo femenino al promover la homogenización, esto ha sido planteado en la ONU. ZADIG se trata, y esto ha sido subrayado, de un-movimiento que ha sido creado junto-a-la-Escuela. Y allí, cualquiera que sea alguien, tendrá que elegir en cada ocasión, haciéndose responsable de su acto y su decir. Si se quiere, es una toma analítica de partido y, en esa dirección, es válido que se solicite no responder a la verticalidad de un partido político, a su moral, sino a una ética donde no hay par.
 
A lo vertical y lo horizontal prefiero el litoral lacaniano, me resuena a la República de las Letras propuesta por Miller en tiempos del Tsunami digital (2005). Allí una imagen reina es Venecia, sobre la que Maquiavelo produjo un saber-hacer entre diques y canales. Es la República de las Letras, la escritura de un litoral a partir de lo que se deposita de la retórica y lo literal, un dique: letra singular que se torna un lugar desde donde oponerse, replicar, hacerle frente a las voluntades anónimas en marcha. Esa conjuntura de semblante y goce, que excede el goce de la contabilidad, posibilita la aplicación de la lógica del no-todo. Esta es una ocasión privilegiada de aplicarnos en aquello.
 
*Publicado en un boletín PIPOL 8.
 
Guayaquil, 9 de junio del 2017.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*